sábado, abril 15, 2006

APENAS, LAMA

Un exceso de caminos, un soberbio
color, un número te acucian
y dormir blancamente es la magia
que suplicas a tu conciencia abismal.

En tanto, el haz con que alumbras piedad
niega a tu centro un leve equilibrio
y acaso,
los rituales de la resignación.

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